Arabeske (Schumann)Arabeske (Arabesco) en do mayor, Op. 18 es una pieza para piano compuesta por Robert Schumann en 1839, cuando tenía veintinueve años. La obra está dedicada a Frau Majorin Friederike Serre auf Maxen, la esposa del Major Anton Serre, a quien también dedicó su Blumenstück, Op. 19.[1] HistoriaEn otoño de 1838 Schumann abandonó Leipzig para trasladarse a Viena. Su relación con Clara Wieck había llegado a un punto de no retorno, ya que el padre de ésta se oponía vehementemente a cualquier cosa que pudiera interferir en la carrera de su hija como pianista y desaprobaba enérgicamente a Robert como posible yerno. Alejado geográficamente pero no emocionalmente de Clara, sólo pudo comunicarse con ella por carta y a través de su propia música. Esta circunstancia se ha propuesto como una posible explicación de esta obra, que alterna pasajes de añoranza melancólica con episodios más robustos y declamatorios. En Viena Schumann se vio afectado por la depresión y la decepción profesional. No obstante, consiguió crear algunas composiciones de notable gracia y seductor encanto, escribiendo (como él decía) en un "estilo más ligero y femenino". En su carta del 15 de agosto de 1839 a Ernst Becker, Schumann describió tanto Arabeske como Blumenstück como "delicadas -- para señoritas".[1] Estaba influido por el libro de Christian Schubart sobre estética musical, en el que el do mayor, la tonalidad del "Arabeske", se identificaba con lo infantil y sencillo, relegando las emociones más intensas a las tonalidades con más sostenidos. Schumann escribió en el año de la creación del Arabeske:[2] Análisis musicalEl término Arabeske se emplea aquí a modo de metáfora poética, no sólo para describir la florida ornamentación, sino también, en términos de Friedrich Schlegel, para sugerir un sistema orgánico y fluido de fragmentos que trasciende las artificiosas formas clásicas.[3] Schumann recurre a una forma rondó modificada para abarcar una breve forma ABACA, con la sección principal A, delicadamente lírica, dos episodios B (Florestán) y C, más intensos, junto con un epílogo (Eusebius) hermosamente pensativo. La pieza se mueve con agilidad entre estados de ánimo contrapuestos, y parece concluir con una agradable recapitulación del tema inicial. El conmovedor postludio que sigue es una exquisita sorpresa.[1] Las indicaciones del metrónomo originales de Robert para esta obra al parecer eran demasiado rápidas. Clara Schumann las revisó más tarde como "ligero y delicado" [Leicht und zart] ( =126), Menor #1 [Minore I] ( =112), y Menor #2 [Minore II] ( =120).[4] Referencias
Bibliografía
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