Aquel que no trabaje no podrá comerAquel que no trabaje no podrá comer o El que no quiera trabajar, que no coma es un aforismo bíblico derivado de II Tesalonicenses 3:10,[1][2] que se convirtió en un lema de las nuevas colonias y de las sociedades socialistas, sin embargo, sobre este último señalamiento existe una contradicción ideológica de fondo con relación al lema. Nuevo TestamentoEste concepto se deriva directamente de la Segunda Epístola del Apóstol San Pablo (con Silvano y Timoteo) a los Tesalonicenses en el Nuevo Testamento, donde Pablo escribe:
que suele traducirse:
La frase griega "οὐ θέλει ἐργάζεσθαι" significa "no está dispuesto a trabajar". Otras traducciones al inglés hacen esto como "would" o "no va a funcionar", lo cual puede confundir a los lectores no acostumbrados a este uso del verbo "podrá" en el sentido arcaico de "querer, desear". JamestownLa frase se supone que fue utilizada por John Smith al establecer la colonia de ingleses de Jamestown después de un experimento con un sistema de fondo común fue abandonado (1607-1609).[4][5] Unión SoviéticaSegún Lenin, "El que no trabaja no come" es un principio necesario en el socialismo, la fase preliminar de la evolución hacia la sociedad comunista. La frase aparece en su trabajo de 1917, El Estado y la revolución. A través de esta consigna de Lenin explica que en los estados socialistas sólo individuos productivos se puede permitir el acceso a los artículos de consumo.
De acuerdo con la concepción de Lenin sobre el estado socialista, el artículo doce de los estados de la Constitución de la Unión Soviética de 1936:
En la escritura de Lenin,[6][7] no fue tanto dirigido a los trabajadores perezosos o improductivo, sino la burguesía. (En la teoría marxista se define a la burguesía como el grupo de los que compran la fuerza de trabajo de los trabajadores y participar en el proceso de producción, derivando los beneficios de la plusvalía expropiada por lo tanto. Una vez que el comunismo se realizó, es decir, después de la abolición de la propiedad y la ley del valor, nadie iba a vivir a costa del trabajo de los demás.) Tampoco el principio se aplica a los que son incapaces de trabajar por vejez o invalidez. Estos grupos tienen derecho a los productos de la sociedad, ya que no tienen la culpa de su condición. Los ancianos, en particular, habrían trabajado durante su juventud, y por lo tanto no se les puede negar los básicos necesarios de la vida. El Estado soviético en consecuencia, proporcionaba siempre un nivel básico de seguridad social. Libre mercadoSegún Termes, "El que no quiera trabaja no come" es una referencia que por sí misma es contraria al entronque con la doctrina socialista, en este caso a la de Lenin. Sobre este punto, Termes destaca en su obra Antropología del Capitalismo:
Sobre la obligatoriedad de las aportaciones de los primeros cristianos señala:
Véase tambiénReferencias
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