En la mitología griegaAnfión (Ἀμφίων) es el gemelo de Zeto (Ζῆθος); ambos son hijos de Antíope y Zeus.[1] Una versión tardía, no obstante, dice que nacieron de Antíope y un tal Teboonte o Teboón y que ambos denominaron a la ciudad de Tebas en honor a su padre.[2]
A diferencia de otras mitologías, en las que los gemelos marcan un carácter distinto entre ellos compensando bondad con maldad, o egoísmo con altruismo, Anfión y Zeto simbolizaron todo lo contrario: fueron un modelo de entendimiento entre hermanos, que en vez de presentar una competencia, representaban un ejemplo de compensación: mientras Zeto sobresalía en las labores más rudas y manuales, como por ejemplo la ganadería, Anfión era el lado delicado, aficionado a la música y el arte.[3][4]
El dios Hermes fue su mentor; se dice que él mismo le regaló una lira y le había enseñado a tocarla, y lo hacía con tal gracia que se cuenta que en la construcción del muro de Tebas (ciudad fundada por él y su hermano y de la que fueron correyes) mientras Zeto tenía que esforzarse en cargar los pesados bloques, Anfión simplemente tocaba su lira de tal manera que las piedras le seguían espontáneamente y se colocaban en su sitio.[4]
Anfión estuvo casado con Níobe, hija de Tántalo, con la que tuvo una muy numerosa descendencia, siete hijos e igual número de hijas según algunas versiones (cf. Nióbidas). Desafortunadamente la suerte no le acompañó, y toda su prole pereció trágicamente. Níobe, la esposa de Anfión, se jactaba de ser más fecunda que Leto y esta envió a sus hijos, Apolo y Artemisa, quienes mataron, Apolo a los hijos, y Artemisa a las hijas. Según Telesila se salvaron Amiclas y Melibea, pues Anfión también habría muerto flechado por ellos. Níobe, desgarrada por la pena abandonó Tebas.[5] Otros más mencionan a Amaleo, el primogénito de los hijos de Anfión, que sufrió un intento de homicidio por parte de su tía Aedón, que estaba casada con Zeto.[6] Otros refieren que todos los hijos e hijas de Anfión y Níobe fueron exterminados, y así la casa de Anfión fue destruida desde sus cimientos.[7] Sea como fuere, a la muerte de Anfión ocupó el trono Layo.[8]
Otros dicen que Neis o Neida, la muchacha que dio su nombre a la Neida, una de las siete puertas de Tebas, era hija de Anfión y Níobe, o bien de Zeto.[9] Y otra versión más dice que Anfión, enloquecido de dolor por haber perdido a todos sus hijos a manos de Apolo y Artemisa, se atrevió a profanar un santuario de Apolo en venganza y fue en este momento cuando este lo acribilló a flechazos, enviándolo al Tártaro.[10]
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