Alfonso Rodríguez Olmedo
Alfonso Rodríguez Olmedo (Zamora, 10 de marzo de 1598-Caaró, 15 de noviembre de 1628) fue un mártir jesuita español, destinado a las misiones en Paraguay. Canonizado por el papa Juan Pablo II el 16 de mayo de 1988.[1] BiografíaNació en Zamora, España, el 10 de marzo de 1598. Hizo el noviciado en Villagarcía de Campos, Valladolid y después fue enviado a Paraguay. Salió de Lisboa, Portugal, en una expedición guiada por el padre Juan de Viana.[2] En 1626 fue enviado a las misiones de los guaycurúes, estas misiones estaban frente a Asunción, al otro lado del río Paraguay, y fue el primer misionero en aprender el dialecto,[2] su misión era predicar y abrir reducciones que facilitaran la propagación de la fe y aseguraran condiciones de vida dignas a los indígenas.[1] En 1628 pasó a las misiones guaraníes del Paraná y luego a Itaipú. Se le designó para que acompañara a Roque González de Santa Cruz en la fundación del pueblo de Todos los Santos de Caaró, en la banda oriental del río Uruguay. Pero Ñezú, hechicero y cacique de Igní, se oponía al proyecto y dio la orden de matar a los misioneros.[2] El 15 de noviembre de 1628, estando reunidos en la plaza para presenciar la instalación de una campana, los indígenas aparecieron de improviso y en medio de la confusión golpearon a González en la cabeza. Al oír el ruido, Alfonso Rodríguez Olmedo salió de la iglesia y fue igualmente muerto a golpes de itaizá (mazo de piedra). Sus cuerpos fueron arrastrados hasta la iglesia y quemados con cuadros e imágenes.[2][1] Juan del Castillo correría la misma suerte unos días después, siendo asesinado el 17 de noviembre de 1628.[3] Juan Eusebio Nieremberg, quien fuera compañero de estudios de Alfonso Rodríguez Olmedo en Villagarcía, escribió en 1644 su biografía junto con la de Roque González de Santa Cruz y Juan del Castillo, de quien también fuera compañero de estudios en Madrid. Beatificación y canonizaciónFue beatificado por Pío XI el 28 de enero de 1934 y Juan Pablo II lo canonizó el lunes 16 de mayo de 1988 en el Campo «Ñu Guazú» de Asunción, Paraguay,[1] junto con los mártires y hasta entonces beatos Roque González y Juan del Castillo. Véase tambiénReferencias
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