Alejandro Reyero

Alejandro Reyero
Información personal
Nacimiento 9 de julio de 1844
Castellón de la Plana, España
Fallecimiento 6 de abril de 1915
Albaida (Valencia), España
Información profesional
Ocupación Oficial militar Ver y modificar los datos en Wikidata
Años activo 1873 – 1876
Lealtad Carlos VII
Rama militar Artillería
Rango militar Coronel
Conflictos Tercera guerra carlista
Partido político Comunión Tradicionalista Ver y modificar los datos en Wikidata

Alejandro Reyero y Breva (Castellón de la Plana, 1844-Albaida, 1915) fue un militar español.

Biografía

Nació en Castellón el 7[1]​ o 9 de junio de 1844.[2]​ Tras cursar sus primeros estudios, ingresó como caballero cadete en la Academia de Artillería de Segovia el 12 de septiembre de 1861 y ascendió a alférez alumno en 1864. Terminados los estudios reglamentarios fue promovido a teniente el 30 de junio de 1866,[1]​ en cuyo año ocurrieron los sucesos del 22 de junio, de los cuales se apartó, negándose a ponerse al frente de los insurrectos, lo cual le puso en grave riesgo de perder su vida.[2]

Sirvió en el segundo regimiento de Artillería a pie y en el quinto regimiento de Artillería montada, desempeñando en ambos el destino de ayudante. Obtuvo la cruz de primera clase del Mérito Militar y el grado de capitán, pero solicitó la licencia absoluta en el Ejército el mismo día que se proclamó la Primera República en Madrid,[1]​ debido a la llamada cuestión de Hidalgo, que hizo que se disolviera el cuerpo de Artillería.[2]

En septiembre de 1873 Reyero ingresó en el Ejército carlista del Norte. Se batió en la acción de Puente-la-Reina y en la batalla de Montejurra, con cuya medalla fue agraciado y por cuyo combate fue ascendido a comandante. Hizo que la batería de montaña cuyo mando le confirió el general Ollo, se distinguiese en cuantos hechos de armas hubo de tomar parte. Asistió a la acción de Velabieta y a todas las operaciones que tuvieron lugar en febrero, marzo y abril de 1874, con motivo del sitio de Bilbao, obteniendo por las batallas de Somorrostro y de San Pedro Abanto el empleo de teniente coronel y la medalla de Vizcaya. Se batió nuevamente en la batalla de Abárzuza o Monte-Muru, en las acciones de Biurrun y de Monte San Juan, en el sitio de Irún, en las operaciones de las líneas de Oria y del Carrascal, en la batalla de Lácar y en varios cañoneos de Guipúzcoa y Navarra, ganando la placa roja de la Real Orden del Mérito Militar y la Medalla de Plata de Carlos VII.[1]

En las «gloriosas jornadas de Lumbier», calificadas como tales por los carlistas, conquistó el empleo de coronel; pero resultó tan gravemente herido, que no pudo ya tomar la activa parte que hubiera deseado en las últimas operaciones de la guerra, al concluirse la cual emigró a Francia.[1]

Velada en honor a Alejandro Reyero algunos meses después de su muerte en el Círculo tradicionalista de Valencia (1916).

El diario valenciano Las Provincias describió de este modo su heroísmo en la campaña:

En la batalla de Montejurra sacó a Reyero a brazo una pierna abandonada, con la ayuda tan solo de dos oficiales y dos soldados. En Ramales, una bala de fusil le llevó la hombrera y parte de la bocamanga de la levita, cuando estaba examinando los disparos que hacía su batería, y ni siquiera se quitó los anteojos para reconocer si estaba herido; en Lumbier recibió impasible un terrible balazo, sin dar la menor señal de dolor.[2]

Regresó a España en 1877 y se estableció en Valencia, donde montó una academia de matemáticas, en compañía de Joaquín Llorens, y desempeñó el cargo de delegado de Carlos VII en toda la región valenciana.[2]​ Participó en la conspiración carlista de 1899.[3]​ Fue agraciado por Don Carlos con la faja de General de Brigada. Falleció en Albaida (Valencia) el 6 de abril de 1915. Su entierro fue muy concurrido.[1]

Referencias

  1. a b c d e f «D. Alejandro Reyero y Breba». El Correo Español: 2. 8 de abril de 1915. 
  2. a b c d e Almanaque de Las Provincias para el año 1916. Valencia. 1916. p. 239. 
  3. Historia del tradicionalismo español. Tomo XXVI. Sevilla: Editorial Católica Española, S. A. 1959. p. 114.