AldicarbAldicarb es un plaguicida, perteneciente a la familia de los carbamatos,[1] que controla a las poblaciones de insectos y nematodos. Su función principal es inhibir la actividad colinesterasa en estos organismos. Aldicarb ha sido regulado dotándosele como un “Pesticida de uso restringido” por su alta toxicidad.[2] Propiedades físicas y químicas
Aldicarb es un producto químico que forma parte de los carbamatos. Científicamente recibe el nombre de 2-metil-2- (metiltio) propionaldehído O-metilcarbamoiloxima, y adquiere la apariencia de un sólido blanco cristalino, con un olor ligeramente sulfuroso. Su punto de fusión se encuentra alrededor de los 100 °C. La densidad relativa es de 1,1950 a 25 °C y en términos de solubilidad en agua es de 4,93g/L a 20 °C. Su presión de vapor es de 9,75x10^-5 mm Hg a 20 °C, y al quemarse forma gases tóxicos entre los que se destacan los óxidos de nitrógeno y los de azufre.[3] UsosEs un plaguicida que solo el personal certificado puede usar, e independientemente de este acto, todos los productos que tengan aldicarb en su composición han de etiquetarse como “venenos”. Aldicarb es usado como insectidida en entornos agrícolas y hortícolas, funcionando también como nematicida y acaricida. Ya sea con una intención u otra, es aplicado en forma de gránulos solubles por debajo de la superficie del suelo. A continuación, los organismos absorben estos materiales que son solubles en agua, y el plaguicida se mueve por el interior de todo el vegetal, matando a los diversos insectos que consumen esta flora. Arañas rojas``Tetranychus urticae´´, moscas blancas``Aleyrodidae´´, nematodo agallador ``Meloidogyne´´; son algunos ejemplos donde este método es aplicado sobre plantaciones de café, plátanos, fresas, cítricos, soja… para controlar las poblaciones y evitar plagas. ToxicidadLos individuos están expuestos a esta sustancia a través de la vías oral y dérmica. Al ser un carbamato es un inhibidor de la colinesterasa en las células de todo el cuerpo, que previene la descomposición de la acetilcolina, produciéndose daños neurológicos.[4] El envenenamiento con aldicarb es más grave a medida que es mayor la cantidad de sustancia ingerida, siendo los animales los principalmente afectados. Estudios de laboratorio han demostrado que en las ratas los síntomas de intoxicación aparecen 5 minutos después de ingerir una dosis, siendo un 5% el que pasa al metabolismo y el resto es expulsado a través de las heces y orina. Sin embargo, la toxicidad dérmica es aproximadamente 1000 veces superior que la de cualquier otro carbamato. En los seres humanos la principal ruta de exposición viene tras el consumo de agua potable y alimentos contaminados con el pesticida. No se le debe restar importancia a la contaminación a través de la piel y por vía oral. La mayoría de los casos se debe a una mala manipulación del producto (exceso de dosis), aunque también es posible que se hayan ido acumulando en pozos gracias a la escorrentía. Los envenenamientos con carbamatos tienen unos efectos muy similares a los que se presentan con los organofosforados, siendo estos últimos algo más prolongados en el tiempo. Los efectos con aldicarb disminuyen en periodos de 6 horas si la ingestión o el contacto ha sido leve, aunque pueden ser tiempos muy superiores si la víctima ha estado expuesta a un alto contacto. Los signos y síntomas pueden clasificarse en dos grupos:
Efectos ambientalesAldicarb tiene graves efectos negativos sobre el suelo, aguas y los organismos circundantes a las zonas donde se aplica el producto. Sus propias características químicas hacen que sea sencilla su capacidad de infiltrarse en el agua. No es capaz de degradarse en aguas subterráneas a pH neutros y ácidos, por lo tanto es fácil que acabe a través de la infiltración y de la escorrentía en las reservas de agua potable que consumen los seres vivos. Se han demostrado altos grados de bioacumulación en zonas terrestres que son levemente contrarrestados por la acción de bacterias y fenómenos naturales como la incidencia de la luz solar. En los ecosistemas acuáticos no se bioacumula, pero sí provoca daños graves sobre la vida acuática. Es potencialmente dañino para las aves,[6] con muy pequeña cantidad de aldicarb (del tamaño de gránulos), se ha demostrado en el laboratorio que es suficiente para matar hasta el 80% de los gorriones domésticos (Passer domesticus) y el 40% de los mirlos (Turdus merula) de las poblaciones muestra utilizadas. Estas dosis pueden llegar a las aves por el consumo de insectos o lombrices que ya han asimilado el tóxico. Durante los procesos de eliminación de plagas agrícolas y hortícolas, también son intoxicados por aldicarb insectos como las abejas y las lombrices que son necesarios para el buen rendimiento de los cultivos eliminándose así especies beneficiosas para la agricultura. Referencias
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