Al-AdidAbū Muḥammad ʿAbd Allāh ibn Yūsuf ibn al-Ḥāfiẓ (en árabe: أبو محمد عبد الله بن يوسف بن الحافظ), mejor conocido por su nombre regnal de Al-'Ādid (n. 1149 - m. 1171) fue el decimocuarto califa de la dinastía fatimí (1160-1171), y el vigésimo cuarto imam de la rama ismailí del islam chiita, reinando entre 1160 y 1171. Como sus dos predecesores inmediatos, al-Adid llegó a califa siendo menor de edad, a la muerte de su primo al-Faiz (1154-1160),[1][2] y se pasó su reinado como una marioneta de varios hombres poderosos que ocuparon el visirato. El gobierno fatimí era tan débil y dividido en este tiempo, que los cruzados eran capaces de comenzar la invasión de Egipto en cualquier momento. Al-Adid fue principalmente un espectador impotente del lento colapso del califato fatimí. Con la ayuda de los zenguíes, el sultanato sirio de Nur al-Din, Shawar fue capaz de establecerse como visir (1163-1169), y convertirse en el gobernador de facto de Egipto. Con la ayuda de las tropas sirias lideradas por Shirkuh y Saladino,[3][4] las fuerzas de Shawar fueron capaces de luchar contra las incursiones de los cruzados. A través de diplomacia y un juego cuidadoso entre los cruzados y zanguíes, Shawar logró mantener un frágil control del poder. Finalmente sin embargo, los zenguíes derrocaron a Shawar en 1169 e instalaron a Sirkuh como visir de Egipto, y cuando este murió dos meses después, a su sobrino Saladino.[3][5][6] Saladino fue inicialmente conciliatorio hacia al-Adid, pero rápidamente consolidó su poder sobre Egipto, y procedió a desmantelar gradualmente al régimen fatimí. Los miembros del ejército fieles al régimen fueron expulsados y reemplazados por tropas sirias, culminando en el fallido motín de la llamada «batalla de los Negros» o «batalla de los Esclavos» en 1169. Miembros de la familia de Saladino fueron nombrados gobernadores, la burocracia civil fue en gran medida seducida por el nuevo régimen, y al-Adid fue marginado incluso de sus roles ceremoniales. Finalmente, el ismailismo fue progresivamente abolido como religión estatal a favor del islam sunita, culminando en la proclamación oficial de suzeranía abasí en septiembre de 1171. Cuando al-Adid murió de causas naturales a los pocos días, el califato fatimí terminó su existencia para dejar su lugar a la dinastía ayubí. La familia de al-Adid fue puesta bajo arresto domiciliario, y el nuevo régimen ayubí de Saladino persiguió al ismailismo, de manera que en cuestión de un siglo tras la caída del régimen fatimí había desaparecido casi que por completo de Egipto. Referencias
Bibliografía
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