AgapetasLas Agapetas (latín, Agapetae, muy amadas), eran vírgenes que se consagraban a Dios con un voto de castidad y se asociaban con los Eclesiásticos por motivo de piedad y caridad.[1] Esta asociación resultó más tarde en abusos y escándalos, por lo que los concilios del siglo IV lo prohibieron. El Concilio de Ancira, en 314, prohibió a las vírgenes consagradas a Dios vivir con los hombres como hermanas. Esto no corregía completamente la práctica, porque San Jerónimo acusó a monjes sirios de vivir en ciudades con las vírgenes cristianas. Las agapetas se confunde a veces con las sineisactas, o la mujer que vivía con los clérigos fuera del matrimonio, una clase contra la cual se dirigió el tercer canon del primer concilio de Nicaea (325).[2] La práctica de los clérigos que vivian con mujeres fue finalmente condenada por el Primer y Segundo Concilio de Letrán.[3] Los Agapetas fueron también una rama del gnosticismo a finales del siglo IV, que sostenía que las relaciones sexuales eran solamente incorrectas si la mente era impura.[2] Véase tambiénReferencias
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