Se pacta un foedus entre el rey visigodo Walia y el general romano Constancio, por el cual el primero se compromete a auxiliar militarmente al Imperio a cambio de poder establecerse en la Aquitania en calidad de confederado de Roma y la Narbonense, constituyendo el reino de Tolosa (Galia).[1]
El papa Zósimo confirma la excomunión del monje cristiano Pelagio, defensor de una doctrina herética sobre la gracia. Este mismo papa funda los primeros seminarios.