10 de julio (según el calendario actual) o 4 de julio (según el calendario juliano): los chinos (de la dinastía Song), los japoneses, los árabes y los aborígenes americanos dejan registros de que observaron una supernova. Durante 22 meses (hasta el 12 de abril de 1056) permaneció tan brillante que podía verse de día. Después, los restos formarán la nebulosa del Cangrejo.