Santiago Ramón y Cajal

Santiago Ramón y Cajal
I marqués de Ramón y Cajal

Santiago Ramón y Cajal, en 1899.


Senador vitalicio del Reino
14 de febrero de 1910-15 de septiembre de 1923


Senador en Cortes
por la Universidad Central de Madrid
6 de diciembre de 1908-14 de febrero de 1910

Información personal
Nacimiento 1 de mayo de 1852
Petilla de Aragón (España)
Fallecimiento 17 de octubre de 1934 (82 años)
Madrid (España)
Sepultura Cementerio de la Almudena
Residencia Petilla de Aragón, Larrés, Ayerbe, Zaragoza, Valencia, Barcelona y Madrid
Nacionalidad Española
Familia
Padres Justo Ramón Casasús Ver y modificar los datos en Wikidata
Antonia Cajal Puente Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge Silveria Fañanás (1879-1930) Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en Universidad de Zaragoza
Supervisor doctoral Aureliano Maestre de San Juan Ver y modificar los datos en Wikidata
Alumno de Florencio Ballarín Causada Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Área Medicina (histología y neuroanatomía)
Conocido por Sus aportes en el campo de la neurohistología (doctrina de la neurona)
Empleador Universidad de Valencia, Universidad de Barcelona, Universidad Complutense de Madrid, Junta para la Ampliación de Estudios.
Estudiantes doctorales Blas Cabrera Felipe Ver y modificar los datos en Wikidata
Alumnos Fernando de Castro Rodríguez, Nicolás Achúcarro y Lund, Luis Sagaz Zubelzu y Jorge Francisco Tello Ver y modificar los datos en Wikidata
Miembro de
Distinciones Nobel de Medicina (1906)
Firma

Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, 1 de mayo de 1852-Madrid, 17 de octubre de 1934) fue un médico y científico español, especializado en histología y anatomía patológica. Compartió el Premio Nobel de Medicina en 1906 con Camillo Golgi «en reconocimiento de su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso».[1]

Fue pionero en la descripción de las diez sinapsis que componen a la retina.[2]​ Mediante sus investigaciones sobre los mecanismos que gobiernan la morfología y los procesos conectivos de las células nerviosas, desarrolló una teoría nueva y revolucionaria que empezó a ser llamada la «doctrina de la neurona», basada en que el tejido cerebral está compuesto por células individuales.[nota 1]

Humanista, además de científico, está considerado como cabeza de la llamada Generación de Sabios. Es frecuentemente citado como padre de la neurociencia.[3]

Nombre

El nombre que él mismo empleó era en ocasiones «Santiago Ramón Cajal» pero otras veces, por ejemplo en su libro Recuerdos de mi vida,[4]​ usaba «Santiago Ramón y Cajal», añadiendo «y» entre los dos apellidos. Este modo de nombrar tiene tradición en Aragón y evita malentendidos, ya que su primer apellido también es un nombre de pila. En muchos círculos extranjeros se le nombra solo por su segundo apellido, «Cajal». Su segundo nombre de pila era Felipe, y su nombre completo era por tanto Santiago Felipe Ramón Cajal.

Infancia y juventud

Ramón y Cajal con alrededor de un año de edad. Colgado al cuello lleva un "mordedor", precedente del chupete.

Nació el 1 de mayo de 1852 en Petilla de Aragón,[5]​ —un enclave navarro rodeado por la provincia de Zaragoza—, hijo de Antonia Cajal y Justo Ramón Casasús (médico rural), ambos procedentes de la localidad aragonesa de Larrés.[6]​ Vivió su infancia entre continuos cambios de residencia por distintas poblaciones aragonesas, acompañando a su padre, que era médico cirujano; así, con apenas dos años la familia dejó Petilla de Aragón, donde está ubicada su Casa Museo, para mudarse a Larrés, el pueblo del padre, y de allí a Luna (1855), a Valpalmas (1856) y a Ayerbe (1860).[nota 2]

Su educación e instrucción comenzó en Valpalmas, cuando tenía cuatro años. Realizó los estudios primarios con los escolapios de Jaca y los de bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Huesca (actual Museo Arqueológico y origen del IES Ramón y Cajal)[7]​en una época marcada por la agitación social y el destierro de Isabel II. Según sus propios relatos biográficos, Ramón y Cajal mostró, desde pequeño, vocación por las artes plásticas, en especial por el dibujo; también comenta en ellos de su vida como estudiante, su naturaleza traviesa y su negativa a memorizar de carrerilla, dos circunstancias que le granjearon la enemistad de los frailes que le impartían clase, en una tradición de métodos violentos y autoritarios (la letra con sangre entra). En ese periodo inició su afición a la montaña, y su proverbial defensa de la vida sana en contacto con la naturaleza.[8]

Vida adulta y carrera profesional

Cursó la carrera de Medicina en Zaragoza, a donde toda su familia se trasladó en 1870. Ramón y Cajal se centró en sus estudios universitarios con éxito y, tras licenciarse en Medicina en junio de 1873, a los veintiún años, fue llamado a filas en la llamada Quinta de Castelar, el servicio militar ordenado por el célebre político, presidente en aquel momento de la efímera Primera República.

Médico en la guerra de Cuba (1873-1875)

Los primeros meses en la milicia transcurrieron en Zaragoza, y al poco se convocaron oposiciones para el Cuerpo de Sanidad Militar, en las que, entre cien candidatos para treinta y dos plazas, obtiene el n.º 6. Es destinado como 'médico segundo' (teniente) al regimiento de Burgos, acuartelado en Lérida, con la misión de defender los Llanos de Urgel de los ataques de los carlistas.

Durante esa época, Cuba, aún provincia española, libraba una guerra por su independencia, conocida como guerra de los Diez Años. En 1874 Ramón y Cajal marcha destinado a Cuba con el grado de capitán, ya que el paso a Ultramar conllevaba el ascenso al empleo militar inmediato.

Ramón y Cajal se sintió atraído por los maravillosos parques y jardines de La Habana, así como por la flora tropical en general, pues se había fascinado por ella en sus lecturas. Tarda poco tiempo en comprobar, sin embargo, que la admirada y soñada manigua resultaba insoportable para los europeos. La ausencia de la exuberante fauna y flora que se había imaginado, más los omnipresentes mosquitos, propagadores del temido paludismo, consiguieron deshacer por completo el ideal romántico y aventurero de la isla que Ramón y Cajal se había formado.

Su padre le había conseguido, para que tuviera un destino más favorable, algunas cartas de recomendación, que él rehusó utilizar; quizá ello influyera en que fuese enviado al peor destino médico posible: la enfermería de Vistahermosa, en la provincia de Camagüey, en medio de la manigua pantanosa. Una instalación insuficiente para acoger el gran número de soldados enfermos de paludismo y disentería. Muy pronto el joven médico cayó enfermo y, tras una primera convalecencia en Puerto Príncipe, fue trasladado a la enfermería de San Isidro, aún más insalubre que la de Vistahermosa.[9]

Las experiencias con el sistema administrativo y militar vividas por Ramón y Cajal en esta estancia ultramarina fueron para él tan amargas como las enfermedades allí contraídas. Tuvo que enfrentarse al caos administrativo, a la incapacidad e inmoralidad de ciertos gobernantes y algunos mandos del ejército, desde el comandante del puesto hasta los cocineros y parte de la oficialidad del destacamento, que tenían la costumbre de sustraer para sí la comida y los recursos que faltaban a los enfermos y heridos. Experiencias amargas que lo llevaron a solicitar la licencia para abandonar Cuba, atendida el 30 de mayo de 1875 tras ser diagnosticado de «caquexia palúdica grave» y declarado «inutilizado en campaña». Llegó a España en junio de 1875 por el puerto de Santander, Cantabria, convertido en una ruina humana, que en nada recordaba al vigoroso y atlético joven que arribara un año antes a Cuba».[10]

Para conseguir recuperar la mitad de sus pagas atrasadas tuvo que sobornar al funcionario de turno pues, de lo contrario, amenazaban con dilatarse indefinidamente. Sin embargo, «vale aquí señalar que parte de los ahorros de su estancia en Cuba fueron las bases financieras que le permitieron a Ramón y Cajal adquirir el microscopio, un microtomo, reactivos químicos y colorantes con que a su regreso habilitó un modesto laboratorio en el que iniciaría las investigaciones histológicas». El regreso a España y los cuidados que le prodigaron su madre y sus hermanas devolvieron progresivamente a Santiago Ramón y Cajal la salud y le permitieron retomar su carrera académica, camino ya de la docencia (1876) y el doctorado (1876-1877).[11]

Inicios de su vocación investigadora

El año 1875 marcó también el inicio de su doctorado y de su vocación científica. Santiago se compró su primer microscopio antes de ganar, en 1876, una plaza de ayudante de guardias, llevaba también los enfermos privados de cirugía de su padre, en el Hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza.

Se doctoró el 26 de junio de 1877, a la edad de veinticinco años, con la tesis titulada Patogenia de la inflamación, en la Universidad Central, actual Universidad Complutense de Madrid.[12][nota 3]

También en 1877 se encuentra documentado su ingreso en la logia masónica Caballeros de la Noche, perteneciente al Gran Oriente Lusitano, con el número de miembro 96 y el nombre simbólico de Averroes, el médico andalusí.[13]

En estos años comenzó para Ramón y Cajal una época de altibajos, con un 1878 terrible, marcado por la enfermedad de la tuberculosis, y un 1879 de logros, con la obtención de la plaza de Director de Museos Anatómicos de Zaragoza y su boda el 19 de julio, por amor y contra la opinión de sus padres y amigos, con Silveria Fañanás García, con la que a lo largo de cincuenta y un años de tranquila y colaboradora convivencia tendría siete hijos: Santiago, Felina (Fe), Pabla Vicenta, Jorge,[14]​ Enriqueta, María del Pilar y Luis, de los que dos (Santiago y Enriqueta) fallecieron antes que él.

Ganó la cátedra de Anatomía Descriptiva de la Facultad de Medicina de Valencia en 1882, donde pudo estudiar la epidemia de cólera que azotó la ciudad el año 1885.[15]

Descubrimiento de las neuronas

En 1887, se trasladó a Barcelona para ocupar la cátedra de Histología creada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona.[16]​ Fue en 1888, definido por él mismo como su «año cumbre», cuando descubrió los mecanismos que gobiernan la morfología y los procesos conectivos de las células nerviosas de la materia gris del sistema nervioso cerebroespinal.

En mayo de 1888 publicó en la Revista Trimestral de Histología Normal y Patológica que los tejidos cerebrales no eran compuestos de conexiones continuas como se creía hasta la fecha dadas las investigaciones de Camillo Golgi, que si bien permitían ver los nervios y los tejidos cerebrales su precisión no permitía evidenciar las neuronas.[17]

Santiago Ramón Cajal, capitán médico en Cuba, retratado por Izquierdo Vives en 1874. (Museo del Ejército de España).

Su teoría fue aceptada en 1889 en el Congreso de la Sociedad Anatómica Alemana, celebrado en Berlín.

En 1891, Wilhelm Waldeyer fue el primero en enunciar el principio neuronal, revisó la anatomía de la célula nerviosa y acuñó la palabra neurona. El primer artículo en el que aparece un principio que luego fue elevado al nivel de doctrina y que coloca a las neuronas como la unidad elemental del sistema nervioso fue publicado por Waldeyer el 10 de diciembre de 1891.[18]

El esquema estructural del sistema nervioso como un aglomerado de unidades independientes y definidas de Santiago Ramón y Cajal pasó a conocerse con el nombre de «doctrina de la neurona», y en ella destaca la ley de la polarización dinámica, modelo capaz de explicar la transmisión unidireccional del impulso nervioso.

Autorretrato de Santiago Ramón y Cajal, investigador predoctoral en Zaragoza (hacia 1876).

En 1892 ocupó la cátedra de Histología e Histoquímica Normal y Anatomía Patológica de la Universidad Central de Madrid. Logró que el gobierno creara en 1901 un moderno Laboratorio de Investigaciones Biológicas,[19]​ en el que trabajó hasta 1922, año de su jubilación y momento en el que pasó a prolongar su labor en el Instituto Cajal, llamado ya así en su honor, donde mantendría su labor científica hasta su muerte.

Retrato de Santiago Ramón y Cajal, por Joaquín Sorolla en 1906. 91 x 127.5 cm. Óleo sobre lienzo. Museo Provincial de Zaragoza.

Entre 1899 y 1904 publicó, en forma de fascículos, su obra magna Histología del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados.[20]

N.º 64 de la calle de Alfonso XII de Madrid, donde vivió Ramón y Cajal desde 1912 hasta su muerte.

Gracias a los detallados exámenes histológicos de Ramón y Cajal se descubrió la hendidura sináptica, un espacio de entre 20 y 40 nanómetros que separa las neuronas; este espacio sugería la comunicación mediante mensajeros químicos que atravesaban la hendidura y permitían la comunicación entre las neuronas, estudios continuados por el fisiólogo inglés Henry Hallett Dale quien descubrió el primer neurotransmisor, la acetilcolina,[21]​ sentando así las bases de la comprensión del funcionamiento tanto a nivel del sistema nervioso central como del sistema nervioso periférico de la mayoría de drogas existentes y de las que se desarrollarían posteriormente.

Dibujo del corte axial de la retina, por Ramón y Cajal, publicado en su manual Histologie du Système Nerveux de l'Homme et des Vertébrés, en la edición francesa de 1911.

Propuso la existencia de las espinas dendríticas, una pequeña protuberancia en la membrana del árbol dendrítico de ciertas neuronas donde, típicamente, se produce la sinapsis con un botón axonal de otra neurona, y en ocasiones contactan varios axones. La prueba de esto mismo solo llegó una vez desarrollada la microscopía electrónica durante la segunda década del siglo XX.[22]

Santiago Ramón y Cajal descubrió también el cono de crecimiento neural, una expansión cónica del extremo distal de axones y dendritas en desarrollo, descrita por primera vez por él, que constituye la extensión de un axón en desarrollo para conseguir una conexión sináptica adecuada a lo largo del sistema nervioso.

Después de crear excelentes descripciones de las estructuras neuronales y su conectividad, y proporcionar descripciones detalladas de los tipos de células, descubrió un nuevo tipo de célula, la célula intersticial de Cajal (ICC). Estas células se encuentran intercaladas entre las neuronas incrustadas dentro de los músculos lisos que recubren el intestino, sirviendo como generador y marcapasos de las lentas ondas de contracción que mueven el material a lo largo del tracto gastrointestinal, mediando la neurotransmisión de las neuronas motoras a la células blandas del músculo liso.

Premios y distinciones en vida

Retrato fotográfico de Ramón y Cajal publicado en 1927

Tras su regreso del congreso de Berlín le fueron llegando otros tantos triunfos e invitaciones, desde el Premio Internacional Moscú (concedido durante el XIII Congreso Internacional de Medicina de París 1900),[23]​ hasta la Medalla Helmholtz (1905),[24]​ pasando por los nombramientos de doctor honoris causa de las universidades de Clark, Boston, la Sorbona[25]​ y Cambridge en 1899, el mismo año en el que publicó el tercer fascículo de su Textura del sistema nervioso del hombre y los vertebrados, que se completaría en 1900 y 1901 y cuya traducción francesa contribuyó mucho a su conocimiento internacional.[26]​ A partir de la concesión del Premio de Moscú, y respondiendo en parte a un clamor generalizado entre la ciudadanía y la prensa, el gobierno español, como ya se dijo, crearía para él el Laboratorio de Investigaciones Biológicas,[27]​ que dio origen a la Escuela Española de Neurohistología, uno de los centros científicos más importantes del país.

Entre sus medallas y premios figuran además, cronológicamente, el Premio Fauvelle (18 de abril de 1896), concedido por la Société de Biologie de París; Premio Rubio (1897), concedido por la Real Academia de Madrid por su Manual de Histología, la gran-cruz de la Orden Civil de Alfonso XII[28]​ (20 de junio de 1900) y la gran-cruz de la Real Orden de Isabel la Católica[29]​ (28 de febrero de 1901), el Premio Martínez y Molina (25 de enero de 1902, de 4000 ptas., concedido junto a su hermano Pedro por el trabajo Centros sensoriales en el hombre y animales), la Orden Nacional de la Legión de Honor francesa con el grado de Comendador (1914), la Cruz de la orden imperial alemana «Pour le mérite» (1915),[30]​ la Medalla Echegaray, concedida por la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (7 de mayo de 1922), en 1922 se le otorga el doctor honoris causa por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Medalla Plus Ultra (abril de 1926).[31][32]

Fue nombrado senador vitalicio en 1908.[33]

El Premio Nobel

Diploma al Premio Nobel otorgado a Santiago Ramón y Cajal. Expuesto en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.

Sus trabajos y aportaciones a la neurociencia —difundidos en Europa por su amigo el anatomista suizo Rudolph Albert von Kölliker— fueron reconocidos en 1906 con la concesión del Premio Nobel en Fisiología o Medicina, galardón que compartió con el investigador italiano Camillo Golgi, cuyo método de tinción aplicó Ramón y Cajal durante años,[34]​ pero con cuyas tesis, curiosamente, no estaba ni estuvo nunca de acuerdo.[nota 4]

Sobre lo que significó aquel primer Premio Nobel español en Ciencias, pueden compararse dos opiniones, la de Ortega y Gasset que opinó que el caso de Ramón y Cajal era una vergüenza para España, en lugar de un orgullo, porque constituía una excepción. Años después, Severo Ochoa, otro galardonado con el Nobel, concluyó que la investigación en biología y medicina en España era pobre, pero sin Ramón y Cajal habría sido nula.

Tras el Nobel, Ramón y Cajal publicó algunas obras biográficas, además de sus Estudios sobre la degeneración y regeneración del sistema nervioso (Madrid, 1913-1914). Su último artículo científico, una suma de sus ideas, fue ¿Neuronismo o reticularismo?: Las pruebas objetivas de la unidad anatómica de las células nerviosas.[36]​ Había sido encargado por una revista alemana, pero los cuatro años de retraso en recibir las pruebas de Alemania hicieron temer a Ramón y Cajal que moriría antes de corregirlo y verlo impreso, como así fue. Sin esperar la respuesta de los germanos, el científico procedió a aligerar su texto y publicarlo en España.[37]​ Esta suma científica apareció también en francés[38]​ y, ya póstumo, en Alemania (1935). Más tarde, en 1954, y con motivo del primer centenario del nacimiento de su fundador, hubo una edición preparada por el Instituto Cajal.

Últimos años

Tumba de Santiago Ramón y Cajal
Monumento a Santiago Ramón y Cajal en el Retiro de Madrid, obra del escultor Victorio Macho (1926). De él dijo con ironía él propio científico: «... yo nunca me he desnudado ante ningún hombre».[39]

Don Santiago se jubiló el 11 de octubre de 1922. La Universidad de Zaragoza, en la que cursó la carrera de Medicina, había encargado una escultura del premio Nobel español al escultor valenciano Mariano Benlliure, con la idea de instalarla en la Facultad de Medicina coincidiendo con el inicio del curso académico 1922-1923. Sin embargo, el cincelado de la escultura no estuvo listo para ese día, y el homenaje se celebró ante una copia provisional de escayola.

Benlliure dio por concluida su obra en 1922, pero la solemne inauguración no tuvo lugar hasta el 26 de febrero de 1925. Ese día llegó en tren a Zaragoza el rey Alfonso XIII, que descubrió personalmente la estatua. Se ubica ésta en la escalinata del Paraninfo, donde la figura sedente del sabio, esculpida en mármol blanco, a tamaño natural, revestido con la toga de catedrático y con la noble cabeza descubierta, apoya su mano izquierda sobre un libro.

Al año siguiente, 1926, sería también inaugurado por Alfonso XIII un segundo monumento a Santiago Ramón y Cajal, obra del cincel de Victorio Macho, esta vez al aire libre y en Madrid, en el paseo de Venezuela del parque del Retiro.[nota 5]

En agosto de 1930, el fallecimiento de su esposa por tuberculosis supuso para Ramón y Cajal un importante golpe. A pesar de ello, en sus últimos años continuó trabajando, preparando publicaciones y reediciones, y se consagró a sus alumnos. Varios de ellos (en especial su discípulo predilecto desde 1905, Jorge Francisco Tello, que le había sucedido en su cátedra y en la dirección del Instituto), por expreso deseo del propio Ramón y Cajal lo acompañaron en su muerte, el 17 de octubre de 1934, tras el agravamiento de una dolencia intestinal que debilitó su corazón. Muy poco después se publicaría su autobiografía El mundo visto a los ochenta años, que había terminado y corregido poco antes. Sus restos reposan, junto a los de su esposa, en el cementerio de la Almudena de Madrid.[40][41][nota 6]

Sobre la mesilla, junto a la cama, había un calendario abierto por la fecha del día: 17 de octubre 1934. Fe Ramón Fañanás tomo la pluma allí abandonada por su padre y escribió: «Este día, a las once menos cuarto de la noche, murió mi padre».[42]

Legados

Santiago Ramón y Cajal y su esposa dejaron dispuestos cuatro legados de 25 000 pesetas cada uno, con cuyas rentas se concederían cuatro premios, dos anuales (al mejor alumno de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza y al mejor alumno de Histología y Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de Madrid) y dos bienales (uno a la mejor memoria publicada sobre Anatomía Patológica, Histología o Bacteriología y otro al mejor trabajo publicado sobre Psicología comparada en un grupo cualquiera de animales o de una especie determinada).[43]

Asimismo, Ramón y Cajal legó al Instituto Cajal sus bienes científicos, técnicos, archivos, y otros enseres personales, conocidos en su conjunto como el Legado Cajal. En 2024, el Consejo de Ministros declaró este legado Bien de Interés Cultural (BIC). Dicho legado se encuentra formado por más de 28 000 bienes. Y, entre los mismos, destacan objetos de carácter científico y técnico como materiales de laboratorio y placas histológicas con inscripciones de su puño y letra, además de dibujos —de valor excepcional, porque con ellos mostraba las complejas texturas del sistema nervioso—, publicaciones y un gran archivo fotográfico.[44]​ A mediados de 2024, el Gobierno también aprobó la creación del Museo Cajal, cuya base será el legado mencionado.[45]

La honestidad de Ramón y Cajal

«Amemos a la patria, aunque no sea más que por sus merecidas desgracias.»[46]

Además de sus virtudes como científico y personalidad humana, Ramón y Cajal fue un insólito ejemplo de honestidad y de patriotismo bien entendido. Valgan estos tres ejemplos:

  • Nombrado director del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, el Gobierno le asignó un sueldo de diez mil pesetas anuales. Ramón y Cajal pidió que se lo rebajaran a seis mil.
  • Rechazó el cargo de ministro de Salud e Instrucción Pública, y si aceptó el nombramiento de senador vitalicio que propuso Canalejas, fue porque era gratuito (no tenía asignación económica).
  • Siendo presidente de la JAE,[nota 7]​ envió al extranjero a su hijo Jorge, investigador como él, pagando los gastos de su bolsillo. Preguntado sobre por qué no le había pensionado con una beca, como era habitual, y más siendo su hijo, Ramón y Cajal respondió: «Por eso mismo, por ser mi hijo».[47]

Reconocimientos póstumos

Homenaje a Santiago Ramón y Cajal en un sello[48]​ de la Segunda República Española, 1934
Billete de 50 pesetas, emitido por el Banco de España, el 22 de julio de 1935, durante la Segunda República, en homenaje a Ramón y Cajal.

En 1954, los histólogos de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, en Cuba, descubrieron una lápida en los laboratorios de histología del ICBP Victoria de Girón, junto con otras actividades con motivo del centenario de Santiago Ramón y Cajal.[nota 8]

Escultura de Eduardo Carretero (1977), en el perímetro ajardinado del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
Busto de Santiago Ramón y Cajal junto a la Facultad de Medicina de Zaragoza donde estudió.

El 1 de abril de 1952, con motivo de los homenajes por el primer centenario de su nacimiento, la dictadura de Francisco Franco (haciendo abstracción del hecho de que Ramón y Cajal fuera masón declarado), le concedió, a título póstumo, el título de I marqués de Ramón y Cajal.[49][50]

En 1973, la Unión Astronómica Internacional designó el cráter lunar Cajal en su memoria.[51]​ Así mismo, el asteroide (117413) Ramonycajal lleva este nombre en su memoria.[52]

En octubre de 1977, se inauguró el Hospital Universitario Ramón y Cajal en Madrid, en cuyos jardines se instaló una monumental cabeza, obra de Eduardo Carretero.[nota 9]

El 22 de octubre de 1984, en presencia de su hija María de los Ángeles y en los días en que era alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván, se descubrió una placa conmemorativa del cincuentenario del fallecimiento de Santiago Ramón y Cajal, en la fachada de la casa situada en el número 64 de la calle de Alfonso XII, donde el científico había residido los últimos veintidós años de su vida en Madrid, desde 1909.[53][nota 10]

En 2002 la Diputación General de Aragón celebró el 150 aniversario de su nacimiento con distintos actos, conferencias, rutas, una exposición itinerante, etcétera.[54]​ El suceso quizá más importante del llamado "Año Cajal" fue el Gran Congreso Cajal, celebrado en Zaragoza del 1 al 3 de octubre de 2003, con asistencia de reconocidos científicos, nacionales e internacionales. También en Zaragoza se le puso su nombre al Centro Médico de Especialidades Ramón y Cajal.[nota 11]

En 2009, en el 75.º aniversario de su fallecimiento, Radio Nacional de España reunió varios minutos de grabaciones sonoras de Santiago Ramón y Cajal; en una de las cuales habla de las neuronas y de su incapacidad para multiplicarse.[55]

El 10 de diciembre del 2011 se creó, en la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, la Cátedra Honorífica y Multidisciplinaria Santiago Ramón y Cajal.[56]

En 2019 el Colegio de Médicos de Madrid anuncia que dedicará 1500 metros cuadrados a la creación de un Museo Cátedra Ramón y Cajal. Sin embargo no confirma si contará con su archivo.[57]

Anualmente, el programa "Ramón y Cajal" del Ministerio de Ciencia de España oferta unos 200 contratos para la incorporación de doctores al sistema universitario español tras un riguroso concurso de méritos.

Correspondencia de Santiago Ramón y Cajal

El 6 de diciembre del 2014, el diario español El País publicó la noticia de que, al realizar las investigaciones necesarias para la edición del epistolario del científico español, el autor de ese trabajo, Juan Antonio Fernández Santarén, descubrió que un total de aproximadamente doce mil documentos estaban extraviados (vendidos, la mayoría) después de que hubieran sido extraídos subrepticiamente del Instituto Cajal del CSIC.[58]

Como maestro

Sus libros autobiográficos y las biografías de los que le conocieron coinciden en que solo hubo quizá una labor pareja a su voluntad de investigador, la de maestro. Sus alumnos, que con su cariño y guía se convirtieron en nuevos sabios y sucesores de su obra, fueron la segunda familia de Ramón y Cajal. Fue la suya una filosofía mixta de pedagogía, patriotismo y tesón:

España no alcanzará su pleno florecimiento cultural y político mientras los docentes de todos los grados no acierten a fabricar, en cantidad suficiente, el español que nos hace mucha falta, es decir, un tipo humano tan impersonal por abnegado, tan firme y entero de carácter, tan tolerante y abierto a todas las ideas, tan esforzado y constante en su empeño, tan agudamente sensible a nuestros infortunios que, reaccionando pujantemente contra las causas de nuestro atraso y de nuestros errores, consagre, lo mejor de sus energías y de sus luces a la prosperidad del país, al servicio del Estado y al enaltecimiento de la Nación.[59][60]

Como escritor

  • Reglas y consejos sobre investigación científica, publicada en 1897 y una de las más difundidas del científico. Subtitulada Los tónicos de la voluntad, fue traducida al alemán (1933), al japonés (1958), al húngaro, portugués e inglés (1951) y al rumano (1967). En ella pueden leerse desde consejos para la elección de esposa adecuada a un joven investigador hasta sentencias como esta: "Para la obra científica los medios son casi nada y el hombre es casi todo".
  • Recuerdos de mi vida, autobiografía literaria, que se publicó en capítulos sueltos en la Revista de Aragón, entre 1901-1904, y le sirvió de base para las posteriores ediciones de su colección de textos autobiográficos.[61]
  • Cuentos de vacaciones, subtitulados Narraciones pseudocientíficas y publicados por primera vez en 1905. El libro está compuesto por cinco cuentos titulados: "A secreto agravio, secreta venganza", "El fabricante de honradez", "La casa maldita", "El pesimista corregido" y "El hombre natural y el hombre artificial".
  • Psicología de Don Quijote y el quijotismo, breve ensayo literario que escribió como discurso en la Facultad de Medicina de San Carlos el 9 de marzo de 1905.
  • Charlas de café (pensamientos, anécdotas y confidencias), publicado en 1920 como Chácharas de café, un libro de máximas y aforismos, muy popular como demuestran las diez ediciones que ya había alcanzado en 1978.[62]
  • El mundo visto a los ochenta años (subtitulado Impresiones de un arterioesclerótico), la última obra literaria de Ramón y Cajal, conclusa en 1934, poco antes de su muerte. Está distribuida en tres partes: "Delirio de la velocidad", "Degeneración del arte" y "Consuelos de la senectud".

Como fotógrafo

El investigador con sus hijos: Fe, Santiago, Jorge y Paula, en Barcelona (1889).

La primera noticia que existe sobre Santiago Ramón y Cajal en relación con el fundamento óptico de la fotografía se produce cuando siendo un niño, es castigado a quedarse encerrado en clase en su escuela de Ayerbe. En el aula en penumbra, descubrió que la luz que entra por una grieta de la contraventana proyecta sobre el techo, boca abajo y con sus colores naturales, la imagen de las personas que pasan por el exterior (siguiendo el efecto de la cámara oscura); dicha observación no pasó desapercibida, siendo descrita luego en sus memorias Recuerdos de mi vida. Mi infancia y juventud.[63]

Ramón y Cajal tenía dieciocho años la primera vez que fue testigo del milagro del bromuro argéntico; ocurrió en Huesca, viendo a unos fotógrafos ambulantes retratando las bóvedas de la iglesia de Santa Teresa. Su afición y sus investigaciones sobre técnicas fotográficas innovadoras le llevaron a fabricar en 1878 unas placas que solo necesitaban tres segundos y mejoraban la sensibilidad de las instantáneas. Su reportaje de ensayo en una corrida de toros fue todo un éxito en los medios profesionales de Zaragoza; pero no surgió ningún socio que capitalizase el invento y su industria, y cuando se decidió a desarrollarlo él mismo, le llegó noticia de que Edison acababa de patentar un aparato basado en los mismos principios.

Otro invento de Ramón y Cajal, a partir de las técnicas de emulsión fotográfica, fue la mejora del gramófono (o fonógrafo) de Thomas Alva Edison, que a pesar de las mejoras de italiano Gianni Bettini, no reproducía bien la voz. El inquieto investigador español ideó la grabación de las ondas sonoras en un sentido plano, trazando sobre un disco de cristal o metálico, cubierto de cera, una raya concéntrica que mejoraba el timbre de la voz y la amplificaba. Pero no pudo encontrar un mecánico de precisión que entendiese su idea y construyera el disco de metal, por lo que el científico abandonó el proyecto.[64]

Ramón y Cajal fue nombrado presidente de honor de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, y en 1912 publicó el libro Fotografía de los colores, bases científicas y reglas prácticas, advirtiendo sobre el futuro de la fotografía cromática (en color). Se conservan cientos de fotografías estereoscópicas impresionadas en placas de vidrio.

Discípulos

Aunque la Guerra Civil dispersó a la mayoría de sus colaboradores, muchos de ellos sometidos a depuración ideológica y destituidos como Jorge Francisco Tello (1880-1958) cuando se repartieron cátedras más por méritos políticos que científicos, algunos consiguieron proseguir su trabajo fuera o a duras penas en el interior. Nicolás Achúcarro (1880-1918) desarrolló un importante método de tinción de neuronas e hizo contribuciones al estudio de diversas patologías nerviosas. Pío del Río Hortega (1882-1945) descubrió la microglía, las células del tejido nervioso que cumplen varias funciones auxiliares en el sistema nervioso central. Fernando de Castro Rodríguez (1896-1967) realizó unos trabajos que, aunque tardíamente reconocidos, sentaron la base de numerosos estudios sobre los mecanismos últimos de los quimiorreceptores que él mismo había descubierto y Rafael Lorente de No (1902-1990) fue uno de los más importantes neurofisiólogos del mundo.

Véase también

Notas

  1. La Academia Sueca concedió aquel año este premio ex aequo al citólogo italiano Camillo Golgi, que revolucionó el estudio en laboratorio de los tejidos nerviosos con su método de tinción mediante cromato de plata, que le permitió identificar una clase de célula nerviosa dotada de unas extensiones (o dendritas) mediante las cuales se conectan entre sí otras células nerviosas. Este descubrimiento fue recogido por Wilhelm von Waldeyer-Hartz para formular la hipótesis de que las células nerviosas son las unidades estructurales básicas del sistema nervioso, hipótesis que demostró Ramón y Cajal, con su desarrollo de la teoría neuronal.
  2. Localidad esta, Ayerbe, a la que Ramón y Cajal habría considerado su «verdadera patria chica».[5]
  3. Su padre Justo Ramón Casasús, modelo de tesón para su hijo Santiago, se doctoró al año siguiente, en 1878, con la tesis Consideraciones sobre la doctrina organicista.
  4. Santiago Loren dedica un capítulo de su biografía de Santiago Ramón y Cajal al desarrollo de la entrega del Nobel que compartió con Camillo Golgi, y reproduciendo fragmentos del discurso de Ramón y Cajal, en el que el científico español trató con exquisita etiqueta y respeto al italiano, actitud que en ningún momento fue correspondida por Golgi que hizo una vergonzosa exhibición de soberbia muy poco científica y de una escasa categoría humana.[35]
  5. Se ha escrito que, una vez inaugurado el monumento, Ramón y Cajal no volvió a entrar en el que había sido su parque favorito. La obra escultórica fue el motivo elegido para el reverso de los billetes de 50 pesetas emitidos por el Banco de España en 1935, el año que siguió a su muerte (J. Fernández Santarén et al., 2006, pág. 82 e imagen).
  6. Ramón y Cajal, en uno de sus testamentos había dejado escrito: "Mis restos descansarán en la fosa común, satisfecho de diluirme en esta amada tierra de España, confundido entre los más humildes conciudadanos." Pero al morir primero Silveria, su esposa, modificó el testamento de esta manera: "Mi entierro será modesto y laico, junto a mi esposa y, si no, en el cementerio civil junto a Azcárate". (en Junquera, ref. p. 248).
  7. Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) fue una institución creada en 1907, en el marco de la Institución Libre de Enseñanza, para promover la investigación y la educación científica en España. Presidida por Santiago Ramón y Cajal desde su fundación hasta su muerte en 1934. Fue desmantelada en 1939 tras la derrota republicana en la Guerra Civil, y a partir de su estructura se creó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
  8. Referido en el libro de Manuel Monteros Valdivieso. Asimismo, el 17 de octubre del 2007, con motivo del 73 aniversario de su muerte, fue inaugurado el sitio web de los histólogos cubanos, en la red de salud de Cuba.Página web de las instituciones de salud de Cuba
  9. Hay otra similar en la sede central del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Madrid.
  10. El 25 de octubre de 1906, cuando le llegó el telegrama donde se le comunicaba la concesión del Premio Nobel, vivía en la calle del Príncipe esquina a Huertas, en el llamado Barrio de las Musas. Desde su llegada a Madrid desde Barcelona había vivido en varios pisos de la calle Atocha, hasta que en 1898 ganó lo suficiente para adquirir una pequeña huerta en la calle Almansa, en la zona baja de Cuatro Caminos, por entonces casi un despoblado (hoy más o menos en la confluencia con la Avenida de Pablo Iglesias), y construirse una «modesta quinta», en la que él mismo recuerda en sus memorias que pudo curarse de sus dolencias cardíacas. Debido al calor y a las distancias, apenas la habitó dos años, y se mudó al citado piso de la calle de las Huertas, y por fin en 1912 a la casa-palacete de su propiedad en la calle Alfonso XII, en cuyo fresco sótano tenía sus libros y su laboratorio personal. Esta casa conserva también en su fachada las iniciales "R.C."."Santiago Ramón y Cajal en Cuatro Caminos".
  11. Santiago Ramón y Cajal Junquera, nieto suyo de igual nombre, es catedrático de anatomía patológica de la Universidad de Zaragoza y autor de varios estudios sobre la obra y la persona de su abuelo.

Referencias

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  2. Rodolfo R. Llinás. «The contribution of Santiago Ramon y Cajal to functional neuroscience» (pdf) (en inglés). 
  3. Rachel Nuwer (1 de mayo de 2013). «(Smithsonian Magazine) Rachel Nuwer:Happy Birthday to the Father of Modern Neuroscience, Who Wanted to Be an Artist» (en inglés). 
  4. Edición completa de los Recuerdos de mi vida (Tomo I. «Mi infancia y juventud». Tomo II, «Historia de mí labor científica», 2 volúmenes in 4.º, con numerosos grabados. Madrid, 1901-1917).
  5. a b «Ramón y Cajal (Santiago)». Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana XLIX. Barcelona: Hijos de J. Espasa, editores. 1923. p. 568-575. Wikidata Q115627942. 
  6. Solsona, Fernando. «Justo Ramón Casasús». Revista Serrablo. Archivado desde el original el 23 de febrero de 2012. Consultado el 18 de septiembre de 2011. 
  7. «HISTORIA – IES RAMÓN Y CAJAL». Consultado el 26 de febrero de 2023. 
  8. Garrido Marín, Eduardo (marzo de 2014). «Naturaleza, montaña, deporte y aventura en la vida de Santiago Ramón y Cajal». Cultura, Ciencia y Deporte 9 (25): 69-80. Consultado el 3 de diciembre de 2014. 
  9. Sobre su estancia en Camagüey, ver también J. E. Abreu Ugarte, "Camagüey: estancia de Santiago F. Ramón y Cajal", Archivo Médico de Camagüey. Revista electrónica 13/6, 2009, págs. 1-11: "De esta etapa de su vida, el propio Ramón y Cajal atestiguó: “...fue la época más agradable de mi estancia en Cuba” (en M.I. Monteros-Valdivieso, Vida de Cajal, ed. Lex, La Habana, 1955, pág. 114).
  10. Id., ibid., pág. 5.
  11. Id., ibid., pág. 6.
  12. Ramón y Cajal, Santiago (1887). «Patogenia de la inflamación. Discursos para los ejercicios del Grado de Doctor de Don Santiago Ramón y Cajal». Tesis. Consultado el 20 de septiembre de 2021. 
  13. Ferrer Benimeli, José Antonio (1985). La Masonería en Aragón. Librería General. ISBN 84-7078-092-1.
  14. Cuya hija María heredaría de forma efectiva en 1955 el marquesado concedido póstumamente a su abuelo en 1952, cf. S. Córdoba, «Ramón y Cajal visto por la marquesa de Ramón y Cajal.» 4 de mayo de 1952, p. 27. ABC.
  15. Cajal en Valencia. Archivado el 7 de enero de 2017 en Wayback Machine. Consultado en mayo de 2014
  16. Durfort y Coll, 2007, pp. 39-40.
  17. «Revista Trimestral de Histología Normal y Patológica». 1 de agosto de 1888. 
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  20. Cajal, Santiago Ramón y (1 de junio de 2007). Histología del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados. Tomo I: Estudios sobre el plan estructural y composición histológica de los centros nerviosos adicionados de consideraciones fisiológicas fundadas en los nuevos descubrimientos. Boletín Oficial del Estado. Consultado el 26 de febrero de 2023. 
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  22. Gray, E. G. (1959). «Electron microscopy of synaptic contacts on dendrite spines of the cerebral cortex». Nature 183: 1592-1593. ISSN 0028-0836. PMID 13666826. doi:10.1038/1831592a0. 
  23. 8 de agosto de 1900. Acta de la 2.ª. Reunión para la concesión del Premio de Moscú, celebrada en la Facultad de Medicina de París en la que se le concede a S. Ramón y Cajal dicho premio
  24. (en inglés) Referencias en la página Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal, galardonado en 1906 Fundación Nobel. Consultado el 3 de febrero de 2012.
  25. Comunicación del Rector de la Universidad Central al Decano de Medicina de la concesión del título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de París a D. S. Ramón y Cajal y D. Ramón Menéndez Pidal
  26. Histologie du système nerveux de l'homme & des vertébrés (en francés). París. 1909. 
  27. Las diferencias entre las decisiones en papel, las subvenciones concedidas y el funcionamiento real pueden verse, por ejemplo, en el artículo de A. González de Pablo "El Noventayocho y las nuevas instituciones científicas. La creación del Laboratorio de Investigaciones Biológicas de Ramón y Cajal", DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. illus. 18, 1998, págs. 51-79.
  28. «Real decreto concediendo la Gran Cruz de Alfonso XII á D. Santiago Ramón y Cajal.». Gaceta de Madrid (Madrid) (172): 1226. 21 de junio de 1902. Consultado el 12 de octubre de 2017. 
  29. «Dirección general de Contribuciones.- Relaciones de individuos agraciados con honores de Jefe superior de Administración civil y con las condecoraciones que se expresan.». Gaceta de Madrid (Madrid) (191): 153-154. 10 de julio de 1901. Consultado el 12 de octubre de 2017. 
  30. Ramón y Cajal, 1852-1934: Expediente administrativo y otros documentos (editado por el Ministerio de Educación y Ciencia (España). Consultado en julio de 2014.
  31. «Premios y medallas.» Archivado el 23 de septiembre de 2015 en Wayback Machine. Consultado el 25 de mayo de 2014.
  32. En general, puede verse un listado completo en el apartado "Premios y distinciones honoríficas nacionales y extranjeras" de la importante obra documental Ramón y Cajal, 1852-1934: Expediente administrativo y otros documentos, Ministerio de Educación, colección "Expedientes administrativos de grandes españoles", n.º 2, Madrid, 1978, págs. 335 y ss., incluso con ilustraciones de algunas de ellas, aunque se aclara a su vez que solo se recogen las principales.
  33. RAMÓN Y CAJAL, SANTIAGO en el senado.
  34. Baratas Díaz, 1997, p. 261.
  35. Loren, 1982, pp. 276-284.
  36. Archivos de Neurobiología 13, 1933, págs. 217-291 y 579-646.
  37. López Piñero, 2006, pág. 340.
  38. Artículo en francés
  39. Santiago Ramón y Cajal Junquera, "Ramón y Cajal, la voluntad de un sabio", p. 241.
  40. Tumba de Ramón y Cajal (imagen).
  41. Santiago Ramón y Cajal Junquera, "Ramón y Cajal, la voluntad de un sabio", p. 249.
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  43. «España está de duelo.» 18 de octubre de 1934, pág. 17. ABC. Consultado el 15 de febrero de 2014.]
  44. «Declarado BIC el Legado Cajal y Patrimonio Cultural Inmaterial los toques tradicionales de guitarra» 26 de marzo de 2024 Europapress.es. Consultado el 26 de marzo de 2024]
  45. Ansede, Manuel (25 de junio de 2024). «El Gobierno aprueba la creación del Museo Cajal sin revelar todavía dónde estará». El País. Consultado el 26 de junio de 2024. 
  46. Santiago Ramón y Cajal Junquera, Ramón y Cajal, la voluntad de un sabio, p. 290
  47. Santiago Ramón y Cajal Junquera, Ramón y Cajal, la voluntad de un sabio, pp. 289-290.
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  55. RNE - Archivo sonoro - Santiago Ramón y Cajal - 26/10/09. Consultado el 15 de febrero de 2014.
  56. Se dio a conocer en el marco de la III Plenaria de la Sociedad Cubana de Ciencias Morfológicas. En 2012 tuvieron lugar las primeras "Conferencias de la Jornada Científica de la Cátedra", a las que fueron invitados cuatro expertos españoles en Ramón y Cajal. La cátedra mantiene un sitio web con abundante documentación y referencias, y un repositorio de publicaciones recientes (consultado el 16-2-2014). Convocatoria de la 2.ª edición del concurso "Tras las huellas de Cajal" (el plazo de recepción de obras es del 1/2 al 1/9 de 2014).
  57. Ansede, Manuel (20 de febrero de 2019). «Un Museo Cajal sin Cajal». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 20 de febrero de 2019. 
  58. Javier Sampedro (6 de diciembre de 2014). «El misterio de las 12,000 cartas perdidas de Ramón y Cajal». El País. Consultado el 12 de diciembre de 2014. «Cuando Juan Antonio Fernández Santarén se planteó la tarea monumental de editar el epistolario de Santiago Ramón y Cajal, su mayor perplejidad era que, a casi 80 años de la muerte del Nobel, nadie hubiera tenido antes esa iniciativa, y que el material ni siquiera se hubiera inventariado hasta 2008. Mal podía imaginar lo que se le venía encima: una historia truculenta de expolio, negligencia y desidia que ha destruido un patrimonio histórico esencial, el legado del científico español más importante de todos los tiempos. Santarén ha logrado rescatar 3510 cartas enviadas o recibidas por el científico, pero estima que faltan otras 12 000, incluidas seguramente las más valiosas. ¿Dónde están? He aquí el misterio de las 12 000 cartas.» 
  59. Palabras de Ramón y Cajal tras el discurso de Ignacio Bolívar en la entrega del Premio Echegaray de la Real Academia de Ciencias, el siete de mayo de 1922.
  60. Santiago Ramón y Cajal Junquera, "Ramón y Cajal, la voluntad de un sabio", p. 240.
  61. Santiago Ramón y Cajal. Recuerdos de mi vida (Juan Fernández Santarén edición). Madrid. 1901-1917. 
  62. Ramón y Cajal, Santiago (2016). «prólogo». En Manuel Neila, ed. Charlas de café. Sevilla: Renacimiento. pp. 7 a 19. ISBN 9788416685622. 
  63. Alonso, José Ramón (noviembre de 2014). «Cajal, fotógrafo». Principia. ISSN 2386-5997. 
  64. Santiago Ramón y Cajal Junquera, "Ramón y Cajal, la voluntad de un sabio", pp. 266-277.
  65. Sobre la serie Ramón y Cajal: Historia de una voluntad, en imdb.com (Consultado jueves, 8 de febrero del 2024.)

Bibliografía

Enlaces externos


Predecesor:
Robert Koch
Premio Nobel de Fisiología o Medicina

1906
Sucesor:
Charles Louis Alphonse Laveran
Predecesor:
Manuel María José de Galdo

Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales
Medalla 17

1897-1934
Sucesor:
Gregorio Marañón y Posadillo
Predecesor:
Mariano Salazar y Alegret

Real Academia Nacional de Medicina
Medalla 38

1907-1934
Sucesor:
Emilio Fernández Galiano
Predecesor:
Juan Valera y Alcalá Galiano

Real Academia Española
Sillón I

1934
Sucesor:
Blas Cabrera Felipe