El primer milenio comenzó el 1 de enero del año 1 y terminó el 31 de diciembre del 1000. Fue un periodo de grandes cambios culturales y políticos, especialmente en el continente Euroasiático. Su primera mitad se caracterizó por el auge y caída de grandes imperios tales como el Chino (Asia), Romano (Europa) y Gupta (India). El cristianismo y más adelante el islam tuvieron su creación y auge durante este periodo, siendo de las religiones más expandidas del continente para el año 1000.
En Europa, la primera mitad del milenio (que coincide con el fin de la Antigüedad Clásica) vio el máximo apogeo y eventual declive del Imperio Romano al igual que la rápida propagación del cristianismo. Hacia el siglo IV se iniciaron las Grandes Migraciones, las cuales también tuvieron efectos en Asia. La Ciudad Eterna y el Imperio Romano Occidental cayeron en el año 476, marcando el inicio de la "Edad Media" de la historia occidental. A pesar de la caída de Roma, la mitad Oriental de su imperio (apodado "Imperio Bizantino" por la historiografía) perduró mil años más. La segunda mitad del milenio se caracterizó por el auge de nuevos reinos cristianos como el Franco (481), Lombardo (568) o el Inglés (927), además de eventos como la Era Vikinga, la formación del sistema feudal y la aparición y fugaz expansión del islam con las conquistas árabes del siglo VII.
En Asia, el milenio vio el auge y caída de varias dinastías de China. De estas resalta la Dinastía Han, que cayó en el 220, y la Dinastía Tang, que gobernó desde el 618 al 907. Ambas dinastías fueron edades doradas para dicha civilización, la cual se consolidó como la máxima hegemonía de la región. El Budismo y el islam fueron introducidos a Asia durante este periodo. En el siglo VIII inicia la Edad de Oro del islam, la cual trae diversos avances científicos y tecnológicos. En esta misma época, los Pueblos túrquicos inician su migración de Asia Central hacia Europa Oriental.
350 al 400: La cultura yayoi se extiende por las islas del Japón. Sus habitantes acondicionan canales para los arrozales y crean herramientas de hierro.[1]
380: El cristianismo se convierte en la religión oficial de todo el Imperio Romano.
346–395: Teodosio I, emperador romano; a su muerte el imperio quedó definitivamente dividido entre Oriente y Occidente. Reconoció a los visigodos como parte integrante del Imperio romano.
354–430: San Agustín de Hipona, obispo africano. Máxima figura del pensamiento cristiano vinculado directamente a la filosofía. Es célebre especialmente por sus obras La ciudad de Dios y Confesiones, en las que narra su vida y su conversión.[1]
480-525: Boecio, escritor romano, autor de De consolatione, tratado en forma de diálogo en el que el autor conversa con la Filosofía. También es autor de estudios sobre la teoría musical griega.[1]