Guerra civil entre centralistas y federalistas

Guerra civil entre centralistas y federalistas
Independencia de Colombia y guerras civiles de Colombia
Parte de Independencia de Colombia

Mapa de la Nueva Granada hacia 1811, que muestra las diferentes tendencias por el control de la nación: Federalistas, Centralistas y Realistas. Las provincias que firmaron el Acta de la Unión corresponden a las regiones coloreadas de rojo.
Fecha 2 de diciembre de 1812–9 de enero de 1813 y 10-12 de diciembre de 1814
Lugar Nueva Granada (actual Colombia)
Resultado Victoria centralista parcial. Victoria federalista definitiva. Ambos bandos se debilitan favoreciendo la reconquista realista.
Cambios territoriales Incorporación de definitiva Cundinamarca a las Provincias Unidas en 1814.
Beligerantes
Federalistas (Carracos):
Bandera de Colombia Provincias Unidas de la Nueva Granada
Tunja
Antioquia
Cartagena
Valle del Cauca
Centralistas (Patiadores):
Bandera de Cundinamarca Estado Libre de Cundinamarca
Comandantes
Bandera de Colombia Camilo Torres (1812-1814)
Bandera de Colombia Antonio Baraya (1812-1813)
Bandera de Colombia Atanasio Girardot (1812-1813)
Bandera de Colombia Simón Bolívar (1814)
Bandera de Cundinamarca Antonio Nariño (1812-1813)
Bandera de Cundinamarca Manuel de Bernardo Álvarez (1814)
Bandera de Cundinamarca José Ramón de Leyva (1814)
Fuerzas en combate
3000 hombres en Cartagena[1]​ y 5000 en Tunja (1812)[2]
  • 3000 hombres aprox.(1814)
3000 hombres (1812)
  • 1500 regulares y 1000 vecinos aprox. (1814)[1]
Bajas
800 muertos y 1000 prisioneros hasta 1813
  • 204 muertos y 100 heridos (1814)
600 muertos aprox. hasta 1813
  • Todos muertos, capturados o desmovilizados (1814)

La guerra civil entre centralistas y federalistas fue una sucesión de enfrentamientos armados entre los independentistas de la Nueva Granada (actual Colombia), entre los años 1812 y 1815.[3]​ Este periodo es llamado La Primera República de la Nueva Granada pero debido a este conflicto y conflictos posteriores, dicho período es conocido como Patria Boba. Esta designación despectiva proviene de la descontextualización a una broma sarcástica emitida por Antonio Nariño en "Los Toros de Fucha"[4]​ y sacada de contexto para propósitos políticos más tarde a través de la historia colombiana.[5]​ La guerra se desarrolló en dos fases, la principal que inicia con la declaración de guerra de los federalistas contra Cundinamarca y culmina con una paz acordada por los líderes de ambos bandos para atacar a los realistas, y una segunda fase que inicia cuando los federalistas nuevamente deciden atacar aprovechando la debilidad de su enemigo.

Antecedentes

Antonio Nariño, presidente y comandante de las tropas de Cundinamarca.

El 27 de noviembre de 1811 se creó la Federación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, participando en el acto fundacional las provincias de Antioquia, Cartagena, Pamplona, Neiva y Tunja.[6]​ Debido al carácter centralista de la constitución de Cundinamarca (nombre que recibió la provincia de Santa Fe de Bogotá), los federalistas eran recelosos de la unión de este Estado a la Federación.[6]​ Este recelo generó una división entre dos bandos: los centralistas (liderados por Antonio Nariño y que controlaban el gobierno de Cundinamarca) y federalistas, liderados desde Tunja por Camilo Torres en calidad de Presidente del Congreso de las Provincias Unidas.

Cundinamarca, que no hizo parte del pacto al ser un estado partidario del centralismo, se anexionó en 1811 la provincia de Mariquita y partes de la provincia de Neiva,[7]​ lo cual produjo tensiones con resto de las provincias neogranadinas, las cuales se solucionaron el 18 de mayo de 1812 con un tratado de paz que reconocía las anexiones de Cundinamarca y establecía una futura capital federal sin jurisdicción de ninguno de los estados, permitiendo el ingreso de Cundinamarca a la Federación.[6]​ Sin embargo, el 8 de octubre de 1812 el gobierno federal le ordenó a Antonio Nariño, presidente de Cundinamarca, ajustar la legislación del Estado al pacto federal a lo cual este se negó.

Liderado por Bogotá, Cundinamarca controlaba el altiplano central, históricamente la región hegemónica de la Nueva Granada por ser la más rica y poblada. Nariño consideraba pernicioso unirse a una confederación, ya que Cundinamarca perdería sus recursos e influencia. Además, consideraba que el mejor modo de contrarrestar las avanzadas realistas era con la creación de un gobierno en su provincia.[8]​ Desde sus proclamas en «La Bagatela» en 1811, afirmó que la Federación era el sistema de gobierno más perfecto, sin embargo, las condiciones de la guerra irregular no era satisfactoria para establecer ese tipo de gobierno en la Nueva Granada.

La fragmentación política neogranadina era favorecida por su geografía, por una parte las ciudades y villas operaban bajo distintas lógicas comerciales como Cartagena y Popayán, por otra las vías de comunicación no permitían la toma de decisiones de manera eficaz.[9][10]​ Algunas élites provinciales eran reticentes a los mandatos que se estaban proclamando en Santafe de Bogotá, en contraste con los funcionarios de la Metrópoli española. Además, los intereses económicos eran uno de los escenarios más conflictivos entre las diferentes provincias, la comercialización e implementación de otros mercados estaban condicionados por las lógicas climáticas y geográficas que consideraban los contemporáneos de estos años[11]​ En los valles centrales habían haciendas y minifundos de criollos y mestizos, también algunas manufacturas y una importante minería aurífera.[12]​ En cambio, el litoral entre Cartagena y Santa Marta (al igual que entre Caracas y Cumaná) exportaba cacao y café desde grandes plantaciones trabajadas por esclavos negros y sus dueños eran fuertes defensores del libre comercio.[13]

La tradición institucional de la monarquía, que basaba la soberanía en «los pueblos», impedía crear «un solo cuerpo de nación».[14]​ Gracias a estos factores nacen verdaderas «ciudades-Estados» con sus propias constituciones. Como sucedió en Venezuela o el Río de la Plata, una vez que la capital virreinal reclama su autonomía frente a la metrópolis las principales urbes empiezan a cuestionar su hegemonía:[15]​ «Como pasaba en las ciudades-estado de la antigua Grecia, todas las ciudades querían preservar su propia soberanía, y las disputas surgían cuando cada ciudad quería defenderse de lo que consideraba la tiranía de las demás».[16]​ Entre 1810 y 1811 Nueva Granada se fragmenta y la única posibilidad de crear un «Estado supramunicipal» es mediante «pactos y negociaciones» entre las ciudades.[17]

Desarrollo

El conflicto de la Federación con Antonio de Nariño desencadenó una declaración de guerra a las Provincias Unidas de la Nueva Granada, que llevó a ambos bandos a un enfrentamiento armado.[18]​ En esos momentos, Nariño decidió marchar sobre Tunja con 1500 hombres.[19]​ Los combates iniciaron el 2 de diciembre de 1812, en una batalla que se llevó a cabo en la población de Ventaquemada (actual departamento de Boyacá), donde triunfaron los federalistas, integrados principalmente por tropas de la provincia de Tunja, comandadas por Antonio Baraya. Los centralistas dejaron en el campo 40 muertos, 50 prisioneros y 10 cañones.[19]

Tras la derrota de los centralistas, las tropas federalistas de Baraya, más de 3000 hombres,[19]​ avanzaron hacia Santafé de Bogotá en el mes de enero. Luego de tomar posiciones en los alrededores de la ciudad y en puntos estratégicos como el cerro de Monserrate, el combate definitivo por el control de la ciudad se libró el 9 de enero en el barrio San Victorino, favoreciendo a las fuerzas de Nariño quien contaba con 1000[19]​ a 1500[20]​ soldados. Los centralistas tomaron 24 oficiales y 1000 soldados como prisioneros, 27 cañones y 300 fusiles.[19]​ Con el triunfo de Cundinamarca, la guerra terminó momentáneamente, después de que los dos bandos acordaron unir fuerzas contra el enemigo común: los ejércitos realistas.

Sometimiento de Cundinamarca y Reconquista española

La tregua fue aprovechada por Nariño para comandar una campaña contra los realistas que controlaban las provincias de Pasto y Popayán. Tras algunas victorias, su ejército es derrotado en la Batalla de los ejidos de Pasto y él es tomado prisionero por el gobernador español de Quito Melchor Aymerich.

Luego de que Nariño fuera apresado por los ejércitos realistas, los federalistas aprovecharon su ausencia y la debilidad de Cundinamarca y continuaron la guerra. El 12 de diciembre de 1814, el militar venezolano Simón Bolívar siguiendo órdenes del Congreso, tomó Santafé a nombre de la provincia de Tunja y el federalismo y derrotó a los centralistas de Cundinamarca. A cambio de esta acción, el Congreso le autorizó una campaña en enero siguiente en la costa Caribe, donde debía recibir armas y pertrechos de Cartagena de Indias para tomar Santa Marta y luego liberar a su natal Venezuela.[3]​ Como ya se ha mencionado, los realistas aprovecharon la guerra civil para recuperar Pasto y Popayán y aislar por tierra a Cartagena en 1813.[21]

El gobierno de Cartagena de Indias, bajo la presidencia de Manuel Rodríguez Torices, se negó a apoyarlo, razón por la cual Bolívar sitió a la ciudad durante mes y medio. Informado de la llegada de Pablo Morillo a Venezuela y, atacado por los realistas de Santa Marta, Bolívar renunció al mando y se embarcó el 9 de mayo de 1815 rumbo a Jamaica, mientras los restos de su ejército reforzaban la guarnición de Cartagena de Indias, donde participaron en la defensa de la ciudad contra el asedio de Pablo Morillo, quien terminaría triunfando y avanzando por el interior del territorio neogranadino, restableciendo el orden monárquico y ejerciendo una fuerte represión contra la élite criolla que generó la independencia en lo que fue denominado el Régimen del Terror.

Véase también

Referencias

  1. a b Madariaga, Salvador de (1975). Bolívar. Tomo I. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, pp. 383.
  2. Encina, Francisco Antonio (1961). Bolívar y la independencia de la América española: Independencia de Nueva Granada y Venezuela (parte 1). Tomo III. Santiago: Nascimiento, pp. 503.
  3. a b Germán Rodrigo Mejía Pavony. «¿La Patria Boba?». Revista Semana. Consultado el 21 de septiembre de 2011. 
  4. «Los Toros de Fucha, al autor del Patriota». babel.banrepcultural.org. Consultado el 10 de enero de 2021. 
  5. Editorial (15 de febrero de 2018). «La Patria Boba no, la Primera República». Colombia. Consultado el 10 de enero de 2021. 
  6. a b c Jaume Ollé. «Colombia: Independencia». Consultado el 20 de julio de 2011. 
  7. «Hechos y gentes de la primera república colombiana (Santafé de Bogotá 1810-1816)». Biblioteca Luis Ángel Arango. Archivado desde el original el 13 de mayo de 2013. Consultado el 20 de julio de 2011. 
  8. Rodríguez O., Jaime (1999). "Las primeras juntas autonomistas, 1810-1812". En Historia de América Andina: Crisis del régimen colonial e independencia. Tomo IV. Quito: Universidad Andina Simón Bolívar. Edición de Germán Carrera Damas, pp. 129-196 (véase pp. 154). ISBN 9789978807491.
  9. Gomes Pinto, Vitor (2005). Guerra en los Andes. Quito: Editorial Abya Yala, pp. 21. ISBN 9789978225387.
  10. Bushnell, David (1999). "Fuerzas integradoras y fuerzas desintegradoras en el contexto de las nuevas repúblicas". En Historia de América Andina: Crisis del régimen colonial e independencia. Tomo IV. Quito: Universidad Andina Simón Bolívar. Edición de Germán Carrera Damas, pp. 329-356 (véase pp. 333). ISBN 9789978807491.
  11. Rodríguez O., 1999: 154
  12. Bushnell, 1999: 333
  13. Bennassar, Bartolomé (1987). La América española y la América portuguesa, siglos XVI-XVIII. Ediciones AKAL, pp. 264. Traducción francés-español de Carmen Artal. ISBN 9788476002032.
  14. Guerra, 2012; Ibíd., 2011: 427
  15. Guerra, François-Xavier (2011). Modernidad e independencias: Ensayos sobre las revoluciones hispánicas. Madrid: Encuentro, pp. 427. ISBN 9788499206783.
  16. Howard, Bil (2014). El Nacimiento de un Sueño. Bella Colombia: libro uno. Medellín: B. Howard. Traducción inglés-español de María Vinueza. ISBN 978-1497513235.
  17. Guerra, François-Xavier & Marie-Danielle Demélas-Bohy (2012). "Un proceso revolucionario desconocido: la adopción de formas representativas modernas en España e Hispanoamérica (1808-1810)". Traducción francés-español de Nicolás Suescún. Revista Caravelle. Cahiers du monde hispanique et luso-brésilien. Toulouse, n.º 60, pp. 5-57. En oompilación de Annick Lempérière y Georges Lomné (2012) Figuras de la modernidad. Hispanoamérica siglos XIX-XX. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, Taurus & IFEA. ISBN 978-958-758-439-4.
  18. «La Confederación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada». Biblioteca Luis Ángel Arango. Archivado desde el original el 1 de enero de 2011. Consultado el 21 de septiembre de 2011. 
  19. a b c d e Encina, Francisco Antonio (1961). Bolívar y la independencia de la América española: Independencia de Nueva Granada y Venezuela (parte 1). Tomo III. Santiago: Nascimiento, pp. 115
  20. «Panorama militar de la guerra de Independencia». Biblioteca Luis Ángel Arango. Archivado desde el original el 4 de julio de 2017. Consultado el 21 de septiembre de 2011. 
  21. González Quintana, Marta (1992). "De la Nueva Granada a Colombia". En Historia general de España y América: Emancipación y nacionalidades americanas. Tomo XIII. Madrid: Ediciones Rial. Coordinación de Demetrio Ramos Pérez, pp. 437-451 (véase pp. 441). ISBN 9788432121104.