Fernando I de Nápoles
Fernando I (o Ferrante I) de Nápoles, también, Ferdinando Trastámara d'Aragona (Valencia, 2 de junio de 1423-Nápoles, 25 de enero de 1494) era el hijo ilegítimo de Alfonso V de Aragón y I de Nápoles y Sicilia y de su amante napolitana, Gueraldona Carlino.[1] Intentando asegurar un buen futuro a su hijo ilegítimo, Alfonso V hizo que Fernando desposase en 1444 a Isabel de Chiaromonte, sobrina y presunta heredera del príncipe de Tarento, Giovanni Antonio Orsini del Balzo, sucesor de los derechos de los Brienne al trono de Jerusalén.[2] Acceso al tronoTal como había establecido su padre, Fernando accedió al trono de Nápoles en 1458 a la edad de 35 años, pero el papa Calixto III declaró extinta la Casa de Aragón y proclamó que el reino era propiedad de la Iglesia católica. Sin embargo, el pontífice murió en agosto de ese mismo año, y su sucesor, Pío II, dejó de lado la reivindicación y reconoció a Fernando como el legítimo soberano. A pesar de esto, Juan de Anjou, aprovechando el descontento de los barones napolitanos, decidió intentar la reconquista del trono de sus antepasados, perdido por su padre, e invadió Nápoles. La derrota del SarnoFernando fue derrotado por los angevinos y los rebeldes en la batalla del río Sarno, el 7 de julio de 1460. En tal ocasión, fue salvado por la intervención de gentes de armas "provvisionati" (milicias asalariadas) y "coscritti" (milicias del pueblo) de la ciudad de Cava de' Tirreni capitaneadas por Giosuè y Marino Longo, que llegaron a la localidad en la desembocadura del Sarno, descendieron del monte y atacaron a los angevinos que, sorprendidos y no pudiendo determinar la entidad del ataque, retrocedieron y concedieron a Fernando la posibilidad de fugarse a Nápoles, saliendo por el camino de Nola.[3] Por suerte para él, aquella batalla no fue decisiva, y consiguió posteriormente ayuda de Alessandro Sforza, del papa Pío II y del caudillo albanés Giorgio Castriota Scanderbeg, deudor al rey de la protección que le había dado a Alfonso cuando huía. Así, Fernando logró vencer a sus enemigos y, en 1464, restableció su autoridad en el reino. En 1478 se alió con el papa Sixto IV contra Lorenzo de Médicis, el cual negoció la paz personalmente con Fernando en la ciudad de Nápoles. El intento original de ser príncipe de Tarento se había esfumado, aunque este feudo continuaba siendo una de las grandes fuentes de Ferrante, cuando, en 1463, su esposa se convirtió en titular, heredando el título de su tío Giovanni Orsini del Balzo. Isabel pasó a ostentar los derechos de los Brienne sobre el trono de Jerusalén, aunque murió en 1465. Tendrían que pasar doce años para que su marido contrajera matrimonio con su prima hermana, la infanta Juana de Aragón. Alianzas y guerrasLas alianzas de Fernando se apoyaban principalmente en los duques Sforza de Milán y los duques Este de Módena y Ferrara. En 1480, las tropas otomanas, al mando de Mehmed II, ocupan Otranto, masacrando a la mayor parte de la población. El año siguiente, la ciudad sería reconquistada por el rey Alfonso II de Nápoles, duque de Calabria e hijo de Fernando. El gobierno de Fernando provocó un intento de revuelta en 1485, conocida como Congiura dei Baroni (Conjura de los Barones), incitada por los nobles napolitanos y dirigida por Francesco Coppola, conde de Sarno, y Antonio Sanseverino, príncipe de Salerno, y apoyados por el papa Inocencio VIII. La insurrección fue sofocada, pero muchos nobles que no creían en la promesa de Fernando de una amnistía general, fueron asesinados por decisión directa de Fernando.[4] En 1493, Carlos VIII de Francia, animado por el duque Ludovico Sforza de Milán, se prepara para invadir Italia y conquistar Nápoles. Fernando se da cuenta de que ese sería el enfrentamiento más peligroso que jamás debería afrontar en su vida. Con un instinto casi profético, pone en guardia a los príncipes italianos con respecto a la calamidad que estaba por abatirse sobre ellos, pero sus tentativas para disuadir al papa Alejandro VI y a Ludovico Sforza fueron en vano. Fernando murió el 25 de enero de 1494. En el trono lo sucede su hijo Alfonso II de Nápoles, quien será depuesto rápidamente luego de la invasión francesa de Carlos VIII, que su padre había temido tanto. Fernando estaba dotado de gran coraje y de una notable habilidad política, aunque sus métodos de gobierno eran improductivos y desastrosos. La administración financiera se basaba en el monopolio opresivo y deshonesto, también era severo y excesivamente feroz contra sus enemigos. A su vez fue un monarca contrario a las costumbres supersticiosas tan extendidas entonces entre las clases populares, a consecuencia probablemente de un falso milagro con el que habían intentado embaucarle para que iniciara una persecución contra los judíos;[5] también hizo desenmascarar a un falso ayunador. En el plano cultural protegió a escritores como Masuccio Salernitano, cuyas anticlericales Novelle (con dedicatorias al propio Fernando y a su hijo el príncipe Alfonso), que ridiculizaban los vicios del clero de la época, pudieron ser publicadas bajo su reinado.[6] FamiliaMatrimonios e hijosFernando contrajo nupcias en dos ocasiones: En 1444 se casó con Isabel de Tarento, con la que tuvo seis hijos:
El 14 de septiembre de 1476 toma como esposa en segundas nupcias a Juana de Aragón, con la que tuvo dos hijos:
Fernando tuvo también un gran número de hijos ilegítimos con su concubina Diana Guardato:
Con su concubina Eulalia Ravignano:
Con Giovanna Caracciolo, hija de Giacomo Caracciolo,[7] I duque de Caggiano y II conde de Brienza (hijo de Petraccone Caracciolo, I conde de Brienza, y de su primera esposa, Figula Minutolo), y de Lucrezia del Balzo (hija de Giacomo del Balzo, conde de Alessano, y de Covella Tocco):
Ancestros
Sucesión
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
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