Comité Juvenil de Investigación Espacial y S.A.C.El Comité Juvenil de Investigación Espacial, también conocido como Comité Juvenil de Investigación Espacial y SAC (Sociedad Almeriense de Cohetes) fue una asociación de alumnos del colegio La Salle y de la escuela de maestría de Almería, encabezada por José Luis Torres Cuadra. La asociación se dedicó al diseño, construcción y lanzamiento de cohetes en los años 1960. HistoriaEl Comité Juvenil de Investigación Espacial nace en el año 1963, auspiciado por José Luis Torres Cuadra[1], entonces estudiante en el colegio La Salle (Almería). Los miembros del comité, que provenían del propio colegio, así como de la escuela de maestría, se dedicaron a diseñar, construir y lanzar cohetes[2], trabajando en laboratorios improvisados en las propias casas de sus miembros[3]. Llegaron a lanzar más de una decena de ellos, algunos con lagartijas o ratones a bordo. Estos cohetes utilizaban pólvora como combustible, y algunos llegaron a alcanzar una altura de entre 1 y 2 kilómetros[4][5]. El Premio DulcineaEl comité adquirió notoriedad nacional cuando presentó un proyecto[6] y ganó el premio Dulcinea en 1966[3][7]. Este premio, convocado por la Delegación Nacional de Juventudes junto con el diario Pueblo, estaba dotado con 100.000 pesetas[8]. El proyecto proponía la construcción y lanzamiento de un cohete llamado España-1[3]. En el momento de la concesión del premio las edades de los miembros del comité oscilaban entre los 17 y los 22 años[3]. Con la concesión del premio el grupo obtuvo bastante notoriedad, apareciendo en numerosas noticias de prensa[9][10]. El proyecto llamó la atención y obtuvo el apoyo de las autoridades[11], especialmente de Agustín Muñoz Grandes, vicepresidente del gobierno, y de Pedro Nieto Antúnez, ministro de marina. El ejército les cedió un espacio en el Cuartel de la Misericordia de Almería para poder construir el cohete[5]. Las 100.000 pesetas del premio se mostraron claramente insuficientes para el proyecto, y la fecha de lanzamiento se fue posponiendo. Se desarrollaron diversas actividades para recaudar fondos[12], contaron con el apoyo de algunos talleres de la ciudad, que ofrecieron sus instalaciones[1], y recibieron aparatos electrónicos de desecho de los que sacaban piezas para construir el centro de seguimiento[11] La base de Los EscullosComenzaron a construir una base de lanzamiento en Los Escullos, en el municipio de Níjar, en unos terrenos cedidos por la empresa Almerisol. La infantería de marina se puso a su disposición para colaborar en su construcción, y la Organización Juvenil Española les cedió tiendas de campaña para allí pernoctar. Desde la base se lanzaron con éxito hasta 3 cohetes experimentales[12]: los cohetes de combustible sólido Urci-I[13], Urci-II y Urci-III, que se lanzaron a finales de enero de 1967 [14]. El cohete España-1El cohete definitivo se fabricó a partir de un depósito supletorio de combustible de un avión, que habían comprado a un marinero que lo encontró en el mar[3]. Se pretendía alcanzar una altura entre 70 y 80 km, en un viaje que duraría unos 4 minutos en total, tras lo cual la cápsula se desprendería y caería al océano frenada por un paracaídas. Se preveía que en la cápsula fuera un ratón, llamado Adolfo, con un traje presurizado y un detector de pulsaciones. Además, llevaría equipo de fotografía y tomavistas, detector de rayos cósmicos, detector Geiger, altímetro, termómetro de máxima y mínima, baterías, giroscopio, y un generador de humo, para detectar la cápsula cuando cayera al mar.[3] Las características del España-1 eran las siguientes:
Aunque inicialmente preveían lanzarlo a finales de 1966, los problemas económicos y logísticos lo impidieron, siendo así que la última fecha prevista para el lanzamiento fue para finales de 1968[12]. Sin embargo, de forma repentina el gobierno retiró su apoyo. Con el cohete prácticamente terminado y listo para su lanzamiento, debieron desmontarlo y entregarlo a las autoridades el día 31 de diciembre de 1968. Profundamente decepcionado, Torres Cuadra quemó los planos de montaje y desmontaje del cohete en un horno de fundición que utilizaban para la construcción de piezas para el cohete, en un descuido de los militares que supervisaban la operación[1].
Referencias
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